El fantasma…ahí
En lo ámbitos descritos el periodismo sigue siendo incómodo, por asumir el papel vertebral y funcional de contrapoder. Y si incomoda es porque determinados poderes centrales, sectoriales o ilegales preferirían reducir las libertades democráticas, y en particular la libertad de prensa.
En fin, no hemos evolucionado tanto… El fantasma sigue ahí, metamorfoséandose para controlar la información y torciendo los derechos y la ley para disfrazar de legal lo que a todas luces es ilegítimo. Por eso estamos donde estamos.